Muchas veces te he ignorado por miedo, por no saber cómo tratarte, por no equivocarme...
Creía que vivías triste, sin esperanzar, y lleno de sueños inalcanzables.
Pero tú me enseñaste que:
Ríes, lloras, bailas, tienes sueños, juegas,
…posees capacidad de superación…
Me has enseñado a ver que eres como yo
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