El respeto se lo gana uno mismo día a día, con sus actos, sus omisiones, sus palabras, sus silencios…
Vivimos muy deprisa en una sociedad materialista, sin darnos cuenta de que hay cantidad de cosas que nada nos cuestan y no las disfrutamos, la familia, la amistad, un paseo, una conversación…
Nos condicionan las ambiciones y los proyectos a corto plazo, somos víctimas de nuestras frustraciones.
Deberíamos resolver los problemas con diálogo consensuado y dejarnos de tanto derecho y tanta denuncia.
Sería una forma de ganarnos el respeto que tanto exigimos a los demás.
Sería una forma de ganarnos el respeto que tanto exigimos a los demás.
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